Los vertidos se llevarán hasta alta mar a través de un emisario
El Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) se ha visto obligado a paralizar de manera temporal la actividad en la estación depuradora de Cudillero, a causa de los desprendimientos de rocas que sufre la instalación desde el pasado mes de febrero y que se han agravado en los últimos días. De esta manera se busca garantizar la seguridad de los trabajadores, puesto que los daños han llegado a afectar a las instalaciones eléctricas y de control. El Principado anuncia una actuación de medio millón de euros para consolidar el talud y acabar con la caída de materiales.
Según ha informado el Gobierno regional, en un primer momento los daños provocados por las rocas tan sólo afectaron a elementos relacionados con el acondicionamiento de los lodos. Esto provocó que ese material se trasladase a la depuradora del Bajo Nalón, aunque se mantenía el proceso de tratamiento en la planta de Cudillero.
Los últimos desprendimientos, sin embargo, han dañado el edificio “en la zona en la que se ubican las instalaciones eléctricas y de control”, y el pasado lunes afectaron incluso a la carretera CU-3. “Por tal motivo, ante el riesgo que presenta la situación para los trabajadores, se ha decidido suspender los trabajos en la instalación hasta que se acometan las obras para estabilizar el talud”, se anunció ayer.
La Consejería de Infraestructuras ha adelantado, además, que acometerá actuaciones en la zona con carácter de obra de emergencia. Se instalarán dos barreras dinámicas, de 20 y 50 metros de longitud, que, junto a las que se instalaron en el año 2013, asegurarán todo el talud y terminarán con el riesgo de desprendimientos sobre la depuradora.
Además, en la misma actuación se incluirán desbroces, hidrosiembras y mallas de triple torsión, “para evitar la caída de pequeños fragmentos”, apunta el Gobierno del Principado. Todo ello contará con una inversión de medio millón de euros.
Durante los cuatro meses que durará la obra, la estación depuradora de Cudillero se mantendrá inactiva. El agua residual que hasta ahora trataba la planta será evacuada, tras un desbaste previo, a través del emisario submarino, hasta un punto alejado casi quinientos metros de la costa.
Se habilitará una zona segura a la que puedan acceder, sin riesgos, los trabajadores.
Esta situación, según afirma el Principado, “no supondrá ninguna afección a la calidad de las aguas de baño de las playas más cercanas”. A pesar de ello, ya se ha dado aviso a la Agencia de Sanidad Ambiental para que realice un seguimiento especial de la zona afectada y lleve a cabo los controles pertinentes para garantizar su buen estado.
Fuente de la noticia: La Nueva España