El Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa), organismo público responsable del suministro de agua potable a unos 800.000 asturianos y de la explotación de las principales depuradoras de las aguas residuales en el Principado, ha lanzado una campaña para concienciar de la importancia de no usar el inodoro como una papelera durante el confinamiento por el COVID-19. Se trata de la difusión, tanto en la web del Consorcio como en sus redes sociales, de mensajes y vídeos en los que se explican las consecuencias que el vertido de toallitas y productos similares al retrete tiene en las redes de saneamiento, principalmente en las municipales.
La campaña, desarrollada conjuntamente con la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), que aglutina a las empresas públicas que prestan el servicio de agua y saneamiento en las principales ciudades de toda España, se produce ante el aumento de la presencia de toallitas húmedas en las instalaciones de la red de depuración en algunos municipios del país.
En 2019 se gestionaron en el centro de tratamiento de residuos de Cogersa 2.392 toneladas de residuos sólidos que se retienen a la entrada de las plantas de tratamiento de aguas residuales que gestiona Cadasa. A esto hay que añadir los lodos de depuradora, alcanzando en conjunto 29.000 toneladas al año de residuos procedentes de los procesos de depuración.
“El WC no es una papelera”. Este es el mensaje que resume la campaña dirigida a la ciudadanía y con la que se pretende visualizar los problemas de tirar residuos al inodoro, en especial las toallitas húmedas, que durante la crisis han registrado un notable crecimiento de ventas, según datos de AEOPAS y organizaciones de consumidores.
Los atascos en los sistemas de canalización de depuración y en las estaciones depuradoras son uno de los mayores problemas a los que se están enfrentando los servicios de agua desde que se decretó el confinamiento en los hogares. Un problema que, aunque ya se venía produciendo con anterioridad, se ha incrementado con el aumento del consumo de toallitas húmedas y la permanencia de las personas en sus casas durante la crisis sanitaria.
Cadasa explica que realmente no existen toallitas ‘biodegradables’. Estos productos están hechos de microfibras y microplásticos que pueden atascar las tuberías si las tiramos por el retrete, ya que pueden pasar hasta un mes en el agua sin degradarse. En definitiva, no se debe tirar ninguna toallita húmeda al inodoro porque no se desintegran.
Desde el Consorcio de Aguas de Asturias se promueve el uso eficiente y sostenible de un recurso esencial como es el agua, ya que el agua del grifo es esencial para combatir el COVID-19: con ella nos lavamos las manos, nos duchamos, limpiamos y desinfectamos nuestra vivienda, la ropa, la vajilla, etc.
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